Como ya dije el pasado martes el protocolo de Marruecos es muy diferente al nuestro ya que su cultura árabe impone unas reglas sobre la presencia pública de la mujer. Y lo que sucedió el miércoles ya era previsible.
Ayer, en televisión y radio, y hoy, en prensa, pudimos ver como la Reina Doña Sofía rompía el protocolo marroquí en favor de su anfitriona, la Princesa Real Lalla Salma, en dos ocasiones.
Durante su visita en Tánger a un centro social, la Reina paseó cogida de la mano de la Princesa Real(portada de ABC en PDF).
Y ya en el Palacio Real, Doña Sofía cogió el brazo de la Ministra de Educación, Mª Jesús San Segundo, cuando ésta fue a cumplimentar al Príncipe Mulay Rachid, de modo que la ministra tuvo que saludar antes a la Princesa Real.
De este modo, nuestra Reina rompió varias veces el protocolo del país vecino en favor de su anfitriona, una Princesa Real (que no Reina), que ocupa un lugar inferior al del Príncipe y las Princesas Marroquís, ya que no es hija de Rey, sino simple consorte.
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