“señoras, traje corto; caballeros, chaqué”
Este problema no sólo sucede con las bodas, sino con otros eventos y parece que nadie aprende a usar bien la terminología de la etiqueta. Lo curioso es que nunca pasa nada malo porque la gente es una ignorante, y aunque moleste esa es la cruda verdad. Lo bueno de esa ignorancia es que es doble, de manera que los invitados ignorantes solucionan el problema de la ignorancia de sus anfitriones, acudiendo al evento vestidos de una forma distinta a la especificada de modo que, aunque no parezca verdad, resuelven el entuerto.
Señores y señoras, el traje corto es esto:
Y el vestido corto es esto:
Así que las personas encargadas de redactar las invitaciones hagan el favor de hacerlo correctamente.
El vestido corto no es lo mismo que el traje corto para una señora.
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