Ya queda muy poco para el alumbramiento del primer hijo del príncipe Federico y de la princesa Mary de Dinamarca.
Por ello se ha decidido que este nacimiento será recibido por los ciudadanos daneses con un saludo de 21 salvas disparadas por los antiguos cañones de la fortaleza de Kronborg, en Helsingor, independientemente del sexo del bebé, de manera que se rompe la tradición del disparo de 21 cañonazos si era niño y 17 si era niña.
Treinta y cuatro artilleros profesionales están desde hoy en alerta para, nada más producirse el feliz acontecimiento, disparar las salvas desde el Castillo Real.
La buena nueva será celebrada, también, con la puesta en marcha de una antiquísima tradición consistente en encender hogueras, la primera en Copenhague y después, sucesivamente, en el resto del país aprovechando los antiguos montículos que aparecen señalados en antiquísimos mapas militares. Esta cadena de fuego que recorrerá toda Dinamarca forma parte de un proyecto elaborado conjuntamente por la Milicia Nacional y la directora de un diario jutlandés, Lisbeth Frost Jensen, tomando la tradición que proviene de la Edad de Bronce.
Casa Real danesa
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