La primera boda de la hija de un emperador reinante japonés en 45 años fue de carácter íntimo.
El festejo careció de la pompa de un enlace real. No hubo mandatarios de otros países, ni personajes políticos, y tampoco fue transmitida en directo por la televisión. Únicamente las personas más cercanas a los novios acudieron a la ceremonia y al festín que se celebró en uno de los suntuosos salones del hotel Imperial.
Esta intimidad se explica porque la princesa Nori, según el apelativo cariñoso que le dedica el pueblo japonés, ha preferido renunciar a todos sus privilegios imperiales para iniciar una vida junto a un plebeyo alejada de los lujos de palacio.
Los rituales del enlace de Sayako, de 36 años y Kuroda, de 40 años, comenzaron a las 9:50 de la mañana con la llegada al Palacio Imperial, en el centro de Tokio, de un primo del prometido, en calidad de mensajero.
En respuesta a la llamada del novio, la princesa fue trasladada en automóvil al hotel Imperial, situado a 1.5 kilómetros de la residencia principal de los emperadores.
Unos 120 agentes de policía cubrieron el corto trayecto, de un cuarto de hora de duración, mientras el automóvil oscuro iba escoltado por varias motos con sidecar. El trayecto estaba lleno de ciudadanos japoneses que querían ver a la princesa.
A la ceremonia religiosa sólo asistieron 30 personas y fue oficiada por el sacerdote sintoísta del santuario de Ise, Michihisa Kitashirakawa. Entre los invitados destacaron el emperador Akihito y la emperatriz Michiko, así como los dos hermanos de la novia, el príncipe heredero Naruhito con su esposa, la princesa Masako, y el príncipe Akishino con su mujer, la princesa Kiko.
Tras recitar varias oraciones, los novios intercambiarán sus consentimientos con el rito del "sansankudo", o la ofrenda mutua de copas de sake (licor de arroz).
Una vez realizadas las fotos de familia de rigor, la pareja compareció ante los medios de comunicación.
La etiqueta de la ceremonia fue occidental de gala.
Sayako no portó el kimono de 12 capas conocido como "juni hitoe" que exhibió el pasado sábado en la ceremonia de despedida de su familia, sino un vestido blanco largo, alejado de las vestimentas japonesas, siendo de corte occidental, con tonos plateados, y portaba con sus guantes blancos un abanico. Un collar de perlas, muy parecido al que portaba la emperatriz Michiko, reforzó la imagen de extrema sencillez de las líneas de su vestido.
Kuroda vistió también a lo occidental, con un traje de chaqué.
El resto de invitados acudieron de chaqué o vestido largo.
Después de la rueda de prensa dio comienzo el banquete en el Hotel Imperial al que asistieron 130 personas entre más familiares, amigos y compañeros de trabajo de los novios.
El menú se compuso por aperitivo, plato principal y postre.
Para el banquete Sayako se cambió de ropa y se vistió con uno de los kimonos de su madre.
Una vez finalizado el banquete, los novios abandonaron el hotel junto al resto de los invitados para pasar su noche de bodas en el apartamento que han alquilado en el centro de Tokio, mientras esperan que les entreguen el que han comprado, aún en construcción, de acuerdo con las mismas fuentes.
La tímida princesa, que previsiblemente abandonará su trabajo en un centro de ornitología para desempeñar las tareas del hogar, tendrá que cambiar las lujosas dependencias del Palacio Imperial por un apartamento convencional. Sin embargo, Sayako cuenta con un sueldo del Gobierno que se acerca al millón de euros.
Albúm de la boda
Ceremonias previas a la boda de una Princesa Imperial
Protocolo de la petición de mano en Japón
Posible reforma de la ley de sucesión Imperial en Japón
Historia de la Dinastía del Crisantemo
Familia Imperial, Palacio Imperial, Protocolo, Constitución Japonesa
Página oficial de la Casa Imperial Japonesa
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