Alberto II de Mónaco tiene un hijo

El príncipe Alberto II de Mónaco ha reconocido hoy oficialmente que es el padre de un niño fruto de una relación con la azafata togolesa Nicole Coste. El abogado de la familia Grimaldi, Thierry Lacoste, ha sido el encargado de hacer el anuncio, que coincide exactamente con el fin del luto por la muerte del padre de Alberto, Rainiero III, quien falleció el 6 de abril. El pequeño no tendrá derecho al trono ni al apellido Grimaldi aunque sí a la fortuna de su padre.
Pero que Alberto de Mónaco haya reconocido que Alexandre es su hijo "no tendrá ninguna incidencia en el futuro de la dinastía, en aplicación de los principios constitucionales" en vigor sobre la sucesión en el pequeño país del Mediterráneo, según Lacoste. Alexandre Eric Stéphane, nacido el 24 de agosto de 2003 en París, llevará el apellido Grimaldi pero la Constitución de Mónaco precisa que heredarán el trono los "descendientes directos y legítimos", es decir, salidos de un matrimonio civil y católico.

Alberto II, cuyo entronizamiento está previsto para el próximo día 12, aunque la ceremonia internacional será en noviembre, ha pedido a la prensa, según su abogado, que "adopte un comportamiento responsable, similar al que ha tenido en circunstancias similares".

El comunicado divulgado por el abogado precisaba que Alberto de Mónaco "ha reconocido ese niño y desea que pueda vivir su infancia y su adolescencia en una vida serena y protegida, manteniéndose estrictamente al margen de los medios" de comunicación, según el comunicado divulgado por Lacoste.

La existencia del pequeño Alexandre, de 22 meses, fue revelada por su madre, Nicole Coste, a principios de mayo pasado en una entrevista concedida al semanario 'Paris-Match'. La ex azafata de origen togolés contaba en esa exclusiva todos los detalles sobre su relación con el príncipe Alberto, y facilitó al semanario varias fotografías de éste con el pequeño en brazos en diferentes etapas de su crecimiento.

El pasado día 29, 'París Match' fue condenada por atentar contra su vida privada y su derecho a la imagen. La historia, según la revista, que ha anunciado que recurrirá la sentencia, había comenzado el 13 de julio de 1997 en un vuelo entre París y Niza en el que Alberto conoció a Nicole.

Cuando el niño nació fue sometido a exámenes genéticos, que confirmaron la paternidad de Alberto, tras lo cual éste le comenzó a pasar una pensión de 10.000 euros mensuales y puso a su disposición un apartamento en un barrio exclusivo de París y una mansión en Villefrance-sur-Mer, en la Costa Azul, de dos millones de euros.

Este caso demuestra que la bastardía en las casas reales y las familias nobles desaparece con la ciencia, creadora de la prueba de ADN.


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