martes, septiembre 19, 2006

Verdad y mentira: credibilidad

En la actualidad vivimos en una sociedad sobreinformada que provoca una desinformación bastante acusada a pesar de que parezca una contradicción.
Enrique Dans ha dado en el clavo en que Nada es verdad ni mentira.
Hace mucho mucho tiempo que los medios tradicionales nos hacen ver u oir cosas que no son ciertas. Pero si eso ya sucede desde hace años en los mass media, no es extraño que internet se convierta en otro medio capaz de mentir sin ningún tipo de problemas y conseguir credibilidad a pesar de no merecerla en muchos casos. Es más, gracias al uso del anonimato se ve favorecido el empleo de la mentira sin ningún tipo de verificación o contraste.
Eso sí, como dice Enrique Dans, nada es verdad ni es mentira, aunque lo parezca.
Lo que todo ciudadano debería hacer es discriminar la información. Hay que saber ser crítico con los contenidos y opiniones que vemos antes de creer en ellos.

Algunas de las frases de Dans:

En un mundo en el que medios de produción y difusión audiovisual impensablemente sofisticados hace no demasiado tiempo están al alcance de cualquiera, la percepción de lo que es verdad y mentira puede a veces alterarse de maneras insospechadas. Hace poco escuché a un compañero del Instituto de Empresa hablar de la llamada "verdad por consenso", algo muy aplicable a este tema: por más que un fenómeno de transmisión viral lleve a medio planeta a presenciar y comentar, por ejemplo, la fragilidad del nuevo modelo de teléfono de Samsung o la simpatía y fragilidad de Lonelygirl15, la difusión del fenómeno es un suceso completamente independiente del hecho principal, que es, no lo olvidemos, el que dicho hecho sea verdad o mentira. En este caso, Lonelygirl15 era tan falsa como un billete de dos euros, y el teléfono de Samsung, construido con un sofisticado composite de magnesio y plástico con fibra de vidrio, puede utilizarse hasta a modo de martillo para romper platos con él.

Es evidente: las cosas, en Internet, hay que tomarlas, como dirían los ingleses, with a grain of salt. Puedes estar leyendo una noticia aparentemente documentada hasta la saciedad en un blog en el que confías a ciegas, o un vídeo casero que mucha gente ha votado como favorito en una red social, pero ten en cuenta que bien sea por el uso de información incompleta y de manera completamente inocente, o de forma parcial y absolutamente interesada, la información no está ahí para ser tragada sin masticar. Sólo un irresponsable se conectaría un puerto serie al cerebro y absorbería indiscriminadamente información sin plantearse su procedencia y los intereses que podría haber detrás de su difusión. Cuando los medios de producción y difusión se popularizan, es preciso y fundamental, educar el sentido común, ese "menos común de los sentidos" que nos permite deducir o comprobar las cosas antes de tocar a rebato las campanas. De todas maneras, no es fácil. El sentido común o crítico no se desarrolla en cinco minutos. Y más, cuando tantos años de actitud pasiva y digestión somnolienta de las noticias delante de la televisión nos contemplan...


Pues eso, crítica, racionalización y contraste de la información para estar informados.



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