jueves, mayo 18, 2006

La interdisciplinariedad de las Relaciones Públicas

"Relaciones Públicas implica comunicación. La comunicación es la técnica fundamental de las Relaciones Públicas. Sin embargo sostenemos que el relacionista no es sólo un comunicador. En la realidad el relacionista abarca actividades de investigación, planificación, coordinación y evaluación. ¿Qué significa todo esto? Que cumple también actividades de administración. Por tanto, las Relaciones Públicas configuran administrar todo el proceso de la comunicación. Administrar estrategias relacionales y comunicacionales, como por ejemplo auditorías, utilización eficaz de los medios, determinación de públicos, imagen institucional y concepto público, controversias y conflictos. Es decir, abarca las grandes cosas como políticas, servicios, y acciones empresariales y aquellas que parecen pequeñas, pero que inciden con fuerza en las comunicaciones internas y externas.
Relaciones Públicas entonces determinan administrar el proceso de relación-comunicación y formular las estrategias que optimicen dicho proceso. Vale expresar que el proceso de comunicación de Relaciones Públicas, tiene por objetivo legitimar, mantener y desarrollar el vínculo o relación, constituido por todos los contactos, de cualquier índole, que tengan lugar entre una institución y sus públicos. La acción relacional y comunicacional es una variable estratégica de las empresas y organismos, adaptando sus constantes a las variables que se presenten. Adquiere vigencia así un verdadero sistema integrador multidisciplinario.
De esta manera ampliamos notablemente el concepto de las Relaciones Públicas en la administración del proceso de la comunicación, desarrollando un nuevo modelo para propiciar urgentes mecanismos innovadores. Es decir, sustentar una acción legítima frente al ser humano, las instituciones, la tecnificación y la sociedad que tienda a disminuir y atenuar situaciones límites.
Cuando falta un sistema conceptual, un conocimiento suficiente de los fundamentos de la convivencia y una investigación metodológica básica, resulta imposible resolver las cuestiones atinentes a la estructura del interactuar individual, grupal e institucional y conectarlas con las condiciones estructurales para la convivencia y la confiabilidad. Porque, precisamente, los aspectos configuracionales de una situación pública son los que indican las peculiaridades de los contenidos posibles de esa situación.
Por consiguiente, se trata de aportar a la teoría y práctica de las Relaciones Públicas, ideas y hechos esenciales de otras disciplinas, siguiendo un pensamiento abarcante (no disociador ni analítico) y sistemático, como integrador de los diversos y dispersos conocimientos disponibles sobre el ser humano, sus interacciones, sus comportamientos y sus fines trascendentales. Sumando a ello, la investigación científica necesaria para aclarar aspectos sustanciales de la convivencia cotidiana, real y concreta, entre seres humanos racionales.
Hoy, con proyección hacia el futuro, la ciencia cultural necesita un hilo conductor, un denominador común, que dé coherencia a la especialización y superespecialización. Observamos entonces, con preocupación, que se sigue discutiendo sobre asuntos menores en múltiples campos conceptuales, describiendo más que explicando, confundiendo medios con fines.

Es así que se percibe el requerimiento de efectuar una contribución significativa en cuanto a las vinculaciones de las ciencias particulares entre sí, en la medida en que todas ellas son meros medios para la consecución de un fin: la convivencia razonablemente digna y el consiguiente bienestar del ser humano como tal.
El interés, el sentido y el propósito de las Relaciones Públicas es, entonces, la búsqueda de una convergencia del compartimentado conocimiento disponible respecto al ser humano y su existencia, en el ámbito de su cultura, percibiendo los datos intervinculados de cada ciencia. El esquema comprende los valores humanos esenciales, en un contexto cada vez más extenso. De esta forma será posible, a la vez, desacelerar el escape hacia lo irracional, inconexo e incoherente.
Con respecto a las Relaciones Públicas y su redimensión, tal sistematización abierta a la transformación, apela por lo tanto a un estudio que incluye la experiencia y el conocimiento más fecundos y autorizados, que puedan encontrarse en todos los sectores de la convivencia.
El punto de vista interdisciplinario, por su parte, nos sugiere que los fundamentos de lo público no pueden ser pensados ni practicados a partir de aspectos separados en compartimientos estancos, sino que deben proporcionar un panorama extendido de la cultura.
Las Relaciones Públicas, como ciencia cultural, a diferencia de la ciencia exacta, no se enfrenta con realidades analizables que puedan ser divididas, rotuladas y encasilladas. Por el contrario, su campo de acción se remite a un fluido conjunto de diversas tendencias, cuya influencia sobre los fenómenos observables no puede ser establecida con exactitud. Pero, además la hipótesis de que existe una correspondencia tal entre la práctica y la teoría, entre el interactuar y el pensar, en suma, entre los comportamientos observables, se basa en el supuesto de que en ambos aspectos se expresan los mismos valores, principios, fines, normas, que persigue la cultura.
Para ello el sistema integrador multidisciplinario se apoya en subsista temas, adaptados a los propósitos concretos de determinado planeamiento. Las Relaciones Públicas hacen funcionar integradamente los subsistemas para la solución de cuestiones que admiten más de una respuesta, pero requieren la mejor fundamentada. Es decir, se produce una comunicación estratégica amparada en eficaces interacciones.
El sistema de las Relaciones Públicas, tiene también su objetivo o fin, que es el logro de la mejor armonía en las relaciones que mantienen, en una sociedad, sus instituciones, organismos, empresas, con sus respectivos públicos con los que naturalmente conviven.
Consiste en asumir y partir de determinados principios y valores referentes a la esencia y condición de la vida humana. Por tanto, las Relaciones Públicas parten necesariamente de una concepción filosófica.
Nuestro mundo moderno, tan orientado hacia las especializaciones, suele olvidar que la realidad es una unidad, un conjunto, un sistema. Y frente a ello, las Relaciones Públicas tienen un modo de pensar integrador de los varios aspectos y conocimientos especiales de la realidad humana. Sólo artificialmente pueden separarse las Relaciones Públicas de la Filosofía. En esencia, un buen relacionista, empieza por ser filósofo que posee una visión global e integral del fenómeno humano.
Pero las Relaciones Públicas no se quedan en el simple conocimiento y comprensión de esta realidad integrada. No son una disciplina dedicada sólo a la comprensión, descripción y explicación del mundo humano. No son pues, solamente, una disciplina teórica. Las Relaciones Públicas se preocupan por elaborar los medios para lograr el fin, y en tal coyuntura, apelan a toda una gama de conocimientos elaborados específicamente por otras disciplinas. Y por aquí comienza el aspecto multidisciplinario, interdisciplinario e integrador.
El sistema propuesto implica una manera de pensar e interactuar. Su principal tarea consiste en integrar transdisciplinariamente el conocimiento disponible, en una estructura temporal-espacial continua, explicativa y orientada por fines.
El propósito de esta tarea es el proporcionar al relacionista la posibilidad de percibir la vinculación entre los diversos aspectos de su disciplina; los distintos conocimientos aportados por otras especialidades; y una orientación que integre todos esos campos hacia los fines deseados. Encontrar, así, el camino más apropiado para lograr el objetivo fundamental.
Las Relaciones Públicas buscan, por lo tanto, explicar una serie de fenómenos particulares, generalmente irrepetibles e irreversibles, con una metodología que se inicia en la investigación de cierta sucesión de hechos y datos públicos, basándose en la observación directa y en fuentes confiables. Porque la realidad de las Relaciones Públicas se encuentra siempre condicionada por una existencia ética, y su explicación sólo es posible mediante una reflexión que la tenga en cuenta: no es, de hecho, sólo como se piensa de ella, sino tal como debe ser pensada de acuerdo con los seres humanos que en ella conviven.
Es una ciencia de la realidad que observa y describe las interacciones, explica cómo se relacionan realmente los seres humanos y propone cómo se relacionarán de aquí en adelante.
Es vana pues, la pretensión de enfrentar disciplinas o hacer a una relativamente dependiente de otras. No tiene justificación el decir, por ejemplo, que Relaciones Públicas son una cosa dependiente del Marketing, o que el Marketing es una cosa dependiente de las Relaciones Públicas o cualquier otro ejemplo.
La verdad es que el sistema general de las Relaciones Públicas integra en su quehacer una serie de campos de conocimiento teórico y práctico que funcionan como subsistemas. Sin violar la especificidad de cada disciplina o subsistema los integra a su planeamiento estratégico.
No vamos a considerar aquí una "teoría de los sistemas". Simplemente manejaremos las nociones comunes a toda sistemática, pero adaptándolas al propósito de esta propuesta.
Por ejemplo, en la realidad de su acción práctica, las Relaciones Públicas integran a su quehacer los conocimientos, la experiencia y la operatividad de muy diversas disciplinas que, por su cuenta, poseen su funcionamiento y áreas de acción propios. Algunas de ellas, por ejemplo el Marketing, la Publicidad, el Periodismo (en todas sus formas y medios), la Deontología, etc., se han ido definiendo en el tiempo como verdaderas disciplinas especializadas. Otras, como la Investigación Institucional, la Opinión Pública, la Sociología de la Comunicación, etc., aún no tienen un perfil netamente definido, pero no hay duda alguna que existen, operan, producen resultados y conocimientos de alta calidad e importancia en la vida societaria.
Las Relaciones Publicas hacen funcionar integradamente esas disciplinas que la auxilian en logro de sus objetivos. "Monitorean su funcionamiento para conseguir los objetivos, y las dotan de una proyección y trascendencia sobre el conjunto de la sociedad, más allá de sus cometidos.
Pero a la vez como sistema integrador de esas varias disciplinas, se nutren de conocimientos y "principios" aportados por lo que podemos llamar disciplinas o ciencias "madres", que junto a otras, sostienen el andamiaje cultural de los pueblos.
Todo ello hace que abarquen un campo enorme dentro del espectro de actividades que normalmente se desarrollan en una sociedad.
Se trata, entonces, de la conexión entre los aspectos medulares de la convivencia organizada y las características de lo público como concepto fundamental de la cultura contemporánea. Tomando, para ello como pilares los tres aspectos que permiten conjugar un sistema: configuración, estructura u orden, proceso o función; y fines. Dichas tres categorías de cuestiones (estructura, proceso y fines), se superponen y se entrelazan, de manera tal, que al considerar una de ellas nos estamos refiriendo a las otras dos.
Las Relaciones Públicas son una ciencia de las interacciones, que se vinculan con ciertos fines, normas, principios convivenciales, que presuponen situaciones en las que tiene sentido su aplicación. Y lo que podemos esperar de esta ciencia es que nos permita percibir como se llevan a cabo los procesos de Relaciones Públicas, cuando se interactúa según ciertos fines.
Estamos, por consiguiente, en presencia de una ciencia, cuyos orígenes son los mismos de la humanidad y que no se sabe cuándo y cómo puede concluir. Se afirma, asimismo, un punto de vista preponderantemente prospectivo, de un camino desde los fines hacia el futuro, en el cual el presente o tiempo actual se transforma en la conciencia de nuestras interacciones y posibilidades."

RRPP Superiores, 32-39.
Bibliografía

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