Nada se puede dejar al azar. Y esta máxima es la que están siguiendo las autoridades y responsables de ceremonial franceses y monegascos. El estado de salud de Rainiero III de Mónaco, de 81 años, sigue siendo “extremadamente reservado”, según el último parte médico hecho público el pasado martes, por el Centro Cardio-Torácico de Mónaco, centro hospitalario donde está ingresado desde el pasado 7 de marzo. Por ello su hijo, Alberto de Mónaco, está asumiendo discretamente las tareas de Jefe de Estado con la ayuda de sus consejeros diplomáticos. Ya en 1982, Rainiero dejó establecidas las normas institucionales pertinentes para permitir que su hijo pudiera sucederle casi automáticamente.
En el caso de unos funerales principescos –los cuales tendrían lugar después de tres días de luto oficial–, la seguridad de las numerosas delegaciones que puedan acudir es una de las grandes preocupaciones de los encargados de la ardua tarea de su organización. Las autoridades de Francia, país en el que está enclavado el Principado de Mónaco, se preparan para recibir a monarcas y Jefes de Estado a partir del 1 de abril. Dado que Mónaco carece de aeropuerto, el traslado de dichas autoridades deberá hacerse desde la localidad francesa de Niza, donde su policía ya ha estudiado las rutas de las más de 50 delegaciones que podrían asistir y ha tomado las medidas pertinentes para blindar Mónaco el día de los funerales. Así mismo los hoteles de lujo del principado ya tienen reservadas varias habitaciones para alojar a las autoridades que acudan.
Mientras, la población monegasca está indignada con el trato que la prensa le está dando a este asunto tan grave, serio y delicado. No sólo los paparazzi están comportándose irrespetuosamente e indiscretamente, sino toda la prensa internacional que tiene apostados reporteros y cámaras por toda la ciudad, especialmente frente al palacio y el centro hospitalario.
-La Dinastía de los Grimaldi dirige el Principado de Mónaco desde el siglo XIII y Rainiero, de 81 años, es actualmente el decano de los soberanos en su ejercicio, con más de 55 años en el poder.
¿Qué sucederá en Mónaco cuando el Príncipe Rainiero fallezca?
Según un tratado de 1918, Francia habría engullido a Mónaco si el Príncipe Alberto muriera sin descendencia. Pero el Príncipe Rainiero cambió la Constitución para asegurarse de que su hijo pudiera ser sucedido por sus hijas y sus nietos. Para ello, en 2002 firmó con Jacques Chirac un tratado que actualiza el de 1918, en el que Francia reconoció la soberanía de Mónaco.
El nuevo tratado afirma la “soberanía e independencia” de Mónaco, y menciona la modificación de la Constitución monegasca, en abril de 2002, para que el príncipe Alberto, soltero y sin hijos, pueda suceder a Rainiero sin preocuparse por su descendencia.
Con este nuevo tratado, la soberanía del Principado ya no volverá a estar bajo la amenaza de convertirse en protectorado de Francia en el caso de que no nazca un heredero.
Esto quiere decir que, en principio, su hijo, el príncipe Alberto sigue siendo el heredero al trono y que, si éste no contrajera matrimonio y no tuviera descendencia directa, tal privilegio podría recaer sobre sus hermanas o sus sobrinos, tal y como ha quedado establecido, también, en la reciente modificación que se ha hecho en la Constitución de Mónaco. Una modificación que fue aprobada por el parlamento de Mónaco para permitir a las hijas de Rainiero, Carolina y Estefanía, así como a los hijos de éstas, heredar el trono si el príncipe Alberto muriera sin haber tenido hijos.
También en 2002, Rainiero modificó la Constitución para rebajar la edad de sucesión de los 21 a los 18 años.
Peculiaridades dinásticas
- La Corona es hereditaria en la descendencia legítima del soberano, con preferencia del varón sobre la mujer, en el mismo grado y línea, y de mayor edad a la de menos.
- A falta de descendientes legítimos, es llamada a suceder la descendencia adoptiva del soberano.
- Los consortes de una princesa heredera tomarán el patronímico “Grimaldi”, sustituyéndolo por su apellido propio. Sólo así podrán suceder los hijos de dicha unión. En este sentido, los hijos de la princesa Estefanía, Luis y Paulina, que, aunque nacieron fuera del matrimonio, quedaron legitimados cuando Estefanía se casó con su padre, Daniel Ducruet. No es éste el caso de Camilla, su hija de seis años con el guardaespaldas Gottlieb, que no está legitimada para la sucesión.
- Mónaco es un estado de confesionalidad oficial católica. Los príncipes han de profesar esa religión. Sin embargo, las leyes civiles del Principado contemplan la disolución legal de un matrimonio por divorcio.
-El tratamiento del Jefe de Estado es Su Alteza Serenísima.
Árbol genealógico
Principado de Mónaco
miércoles, marzo 30, 2005
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