El resumen dice:
En el complejo mundo que vivimos, todos los conocimientos pasan prácticamente por unos sistemas de comunicación que se convierten cada vez más en los custodios de la información. Internet es visto por muchos como instrumento educativo y recreativo, en el que los usuarios pueden aprender virtualmente cualquier tema, o realizar diversas tareas, incluso hasta cursos universitarios. Así, el ser una fuente de información tal como noticias, tiempo, deportes, críticas de cine, bibliotecas, enciclopedias y muchas más, que utilizan para sus estudios, aparece dentro de las utilidades de Internet que los adolescentes privilegian la construcción social a través del contacto comunicativo entre ellos.
Las generaciones más jóvenes, se socializan culturalmente bajo la influencia de las nuevas tecnologías de la información y comunicación en sus diversas variantes (televisión digital, telefonía móvil, Internet, videojuegos) presentando una serie de rasgos de comportamiento social y cultural diferenciados, respecto a adolescentes de décadas anteriores.
Y estas son sus conclusiones:
El análisis de fragmentos del corpus de mensajes originados en conversaciones de instant messenger realizadas por jóvenes entre 16 y 20 años, brindan ciertas aproximaciones a las afirmaciones de Brown y Levinson; cuando refieren a dos clases de cortesía. Para ellos la cortesía negativa; es una petición menos transgresora, que respeta el derecho de una persona de actuar libremente. Significa deferencia. Hay un mayor uso de elementos indirectos del discurso; mientras que la cortesía positiva, es la que busca establecer una relación positiva entre las dos partes; respeta la necesidad de una persona de gustar y de ser entendido. Estos aspectos se destacan como presentes en las comunicaciones de los jóvenes. El análisis de los elementos directos del discurso, los juramentos y las máximas de Paul Grice se pueden considerar aspectos de la cortesía positiva porque, demuestran el conocimiento que la relación es bastante fuerte para hacer frente a lo que normalmente sería considerado descortés (en la comprensión popular del término) y articulan un conocimiento de los valores de la otra persona, que satisface el deseo de la persona de ser aceptado. Si nos circunscribimos a la postura de Lakoff (1989); quien distingue tres tipos de cortesía; podríamos referenciar que en los mensajes de los adolescentes y jóvenes de hoy, se percibe que en general se presenta el comportamiento cortés, que se manifiesta cuando los interlocutores adhieren a las reglas de cortesía, básicamente respetando las convenciones sobre la imagen (el rostro), la identidad y el cumplimiento de ciertas bases normativas – como las planteadas por Shea en las nettiquette. No se ha observado en las conversaciones citadas la presencia del comportamiento descortés que se produce según Lakoff, cuando no se da la cortesía que se espera.
En este mismo sentido, Álvarez realiza un análisis en referencia a estas conceptualizaciones afirmando que “la discusión de la cortesía como mantenimiento del equilibrio responde a la idea de que ella representa un continuo balance para guardar y mantener la imagen en dos niveles: funcional y formal, que generalmente se mezclan”. Parecería que imaginamos los canales de comunicación de los jóvenes mucho más cercanos a lo funcional (interacción simbólica desde la experiencia de la presencialidad) y menos dirigidos a lo formal (como establecen algunos estudios realizados sobre el tema (Rodríguez, 2002; Zimmerman, 2001), sin embargo si bien esto tiene cierto nivel de aceptabilidad de la hipótesis, no surge que lo formal desaparezca como mecanismo de ilocución de los chateadores de hoy.
La comunicación emotiva es una forma de interacción en la que las muestras de afecto se producen conscientemente y se usan estratégicamente para influir sobre otros en una serie de situaciones sociales; paralelamente, la amenaza a la imagen se presenta como estrategia de cortesía y no de no cortesía. En la cibercultura, los jóvenes dan especial énfasis a la afectividad no sólo expresando la misma directamente, sino a través del uso sistemático de iconografía virtual, aspecto que facilita la estrategia cortés ya que los presentan como constructores sucedáneos de la imagen personal y de la reproducción de rituales conversacionales presenciales o cotidianos “face to face”, influyendo de manera consciente en la conducta del otro. Las señales lingüísticas de “tacto” – afirma Álvarez (2005) – “permiten encontrar marcas de afectividad en ese sentido estratégico: para propósitos de comunicación afectiva (Nieto y Otero 2000). El tacto apoya la imagen interpersonal al modificar: a) los niveles de indirección; b) lo explícito/no explícito y c) la intensidad de las señales: enfático/no enfático (Janney y Arndt 1992: 35)”.
[...] Las manifestaciones afectivas se producen concientemente y se usan estratégicamente en una amplia variedad de situaciones sociales para influir sobre las percepciones de otros y sobre las interpretaciones de eventos conversacionales (Janney y Arndt 1992: 27).
La mediación tecnológica y el uso del espacio virtual a través de las diferentes herramientas de comunicación, facilitan la promoción de novedades a través de marcadores, cibergrafos y apócopes, el despliegue de rutinas gestuales, léxicas, de prosodia y la repetición de rituales sociales fuertemente determinados por la cultura de inmersión de los sujetos hablantes. En este sentido, la expresividad del individuo, comprende dos tipos de actividad sígnica: la impresión que da y la que emite (gives off). La primera incluye signos verbales o sus sustitutos y admite usarlos sólo para dar la información que él y los demás suelen dar a estos símbolos (Goffman, (1959). En los elementos del corpus se puede comprobar ciertos rasgos particulares propios de las conversaciones orales entre jóvenes y ciertas particularidades de la escritura, que identifican las formas particulares de comunicación generacional. Este es el principio de reciprocidad que la cibercortesía exige, en tanto, si bien la normativa que la rige no es común encontrarla en su desarrollo total –con un cumplimiento cabal de las normas de la nettiquetta- cada internauta joven marca formas de expresión cortés, que requiere su estatus, implicando con ello, la reelaboración en la representación mental, del diálogo social y la máxima de "no hagas nada que no quieras que te hagan".
La cortesía asoma en el discurso de los jóvenes de la generación finger como respuesta a través del uso de estrategias funcionales (framings, rituales, rutinas, cuidado del rostro, tacto, reparación de amenazas y afectividad) y no como mero cumplimiento de las normas establecidas para el evento comunicativo. Siguiendo el modelo planteado por Álvarez, diríamos que emerge claramente del análisis, que el chateo señala comunicación, afectividad, elaboración de imagen y menos rupturas, aspectos que marcan claramente el modelo cortés. No obstante, existen señalamientos claros de descortesía con mayor nivel de ruptura, pero a su vez de reparación de la imagen. No se perciben elementos de mayor ruptura sin reparación, propios de la no descortesía, así como los que identifican a la no cortesía.
El tema de la cortesía en los actos de habla, dentro de un contexto y de una situación mediatizada por las tecnologías que se usan hoy, emerge como un campo de investigación y un ámbito propio de los estudios de la pragmática sociocultural contemporánea, la cual aún tiene débitos, en la explicación de las características de la cibercortesía de la nueva sociedad-red.
Destacamos la siguiente bibliografía:
- ÁLVAREZ, A. (2005). Cortesía y descortesía. Teoría y praxis de un sistema de significación. Mérida: Universidad de Los Andes. En Estudios de Lingüística del Español (ELiEs) Volumen 25, 2007. http://elies.rediris.es/elies25/alvarez_cap6_1_1.htm (Consulta. 10/10/08)
- BRIZ, A. (2004). “Cortesía verbal codificada y cortesía verbal interpretada en la conversación” en D. Bravo y A. Briz (eds.). Pragmática sociocultural. Estudios sobre el discurso de cortesía en español. Barcelona, Ariel Practicum, 67-92.
- BROWN, P. y LEVINSON, S. (1987): Politeness: some Universals in Language Usage, Cambridge, Cambridge University Press.
- ESCANDELL, MARÍA V. (1993) Introducción a la Pragmática. Cap.VIII. Estudios sobre cortesía. Antrophos, Madrid.
- ESCANDELL VIDAL, V. (1998) “Cortesía y Relevancia”. En Haverkate, H.; Mulder, G.; Fraile, C. (eds.). La pragmática lingüística del español. Diálogos Hispánicos, núm. 22, Ámsterdam, pp. 7-25.
- ESCANDELL VIDAL, V. (1995) “Cortesía, fórmulas convencionales y estrategias indirectas”. Revista española de lingüística, 25, 1, pp. 31-66. Madrid.
- GARCÍA LANDA, JOSÉ ÁNGEL. "Netiqueta, cortesía, estrategia y sabiduría."Versión preliminar en García Landa, Vanity Fea 5 Oct. 2005. http://garciala.blogia.com/2005/100501-netiqueta-cortesia-estrategiay-sabiduria.php (Consulta: 24/10/08)
- HAVERKTE, H. (1994): La cortesía verbal, Gredos, Madrid.
- LAKOFF, R. (1998): La lógica de la cortesía, o acuérdate de dar las gracias, en JULIO, M.T. y
- ZIMMERMANN, K. (2002). Constitución de la identidad y anticortesía verbal entre jóvenes masculinos hablantes de español. En Bravo, Diana (ed). La perspectiva no etnocentrista de la cortesía. Identidad sociocultural de las comunidades hispanohablantes. Actas del Primer coloquio del programa EDICE. Estocolmo: Universidad de Estocolmo.
Artículo sobre la cortesía, buenas maneras y saber estar
Artículo sobre las buenas maneras o la moral de las apariencias
Artículo sobre Sociabilidad y buenos modales
Comunicaciones del IV Congreso de la Cibersociedad 2009