El cardenal Joseph Ratzinger, de 78 años, es el sucesor de Juan Pablo II en el Vaticano. El purpurado alemán ha conseguido los votos necesarios para convertirse en el 265 Pontífice de la Iglesia católica tras un día y medio de deliberaciones del cónclave. Gobernará con el nombre de Benedicto XVI.
Como casi todo en la Iglesia católica, el ritual de la elección se cumplió a rajatabla, sin sorpresas más allá de la celeridad de la elección de los purpurados. El Colegio Cardenalicio alcanzó el consenso en un tiempo récord. Apenas han hecho falta 24 horas y cuatro escrutinios para convencer a los cardenales de la idoneidad de nombrar a su decano, como sucesor de Juan Pablo II al frente de la Iglesia Católica.
A las 17.55 horas, una inesperada fumata blanca salía por la chimenea de la Capilla Sixtina. Los cientos de fieles congregados en la Plaza de San Pedro han sido testigos del primer signo del acuerdo entre los cardenales. Diez minutos después, mientras se congregaban en el Vaticano los miembros de la Curia, las campanas de San Pedro anunciaban a su vez el nombramiento con su tañido hondo y solemne. No había duda, el Papa había sido elegido.
Después apareció el cardenal protodiácono, el chileno Jorge Arturo Medina Estévez, que anunció al mundo el nombre del nuevo Papa con la fórmula 'Annuntio vobis gaudium magnum Habemus Papam' pronunciada desde el balcón de la basílica de San Pedro.
Después apareció el cardenal protodiácono, el chileno Jorge Arturo Medina Estévez, que anunció al mundo el nombre del nuevo Papa con la fórmula 'Annuntio vobis gaudium magnum Habemus Papam' pronunciada desde el balcón de la basílica de San Pedro.
Una vez finalizada y comprobada la validez de la votación de los purpurados, el elegido, Joseph Ratzinger, ha revelado el nombre con el que quiere ejercer su nueva función. Al llamarse Benedicto XVI sigue la línea de su antecesor, Giacomo della Chiesa (Benedicto XV), Papa conocido como “El buen samaritano de la humanidad”, cuyo pontificado coincidió con la I Guerra Mundial (1914-1922).
Después el nuevo Pontífice ha debido recibir el correspondiente juramento de obediencia por parte de los 114 cardenales restantes.
Tras imponerle el anillo de pescador, el nuevo Papa ha podido gozar de unos momentos de reflexión en la denominada Camera lacrimatoria (Cámara de las lágrimas), estancia en la que esperan al nuevo Pontífice las vestiduras papales.
Como acordaran las diferentes diócesis, tras el repicar de las campanas de San Pedro, ha seguido el tañir del resto de iglesias romanas como en casi todas las ciudades de medio mundo.
Una hora después de la fumata, Joseph Ratzinger hacía su primera aparición pública como Benedicto XVI precedido por la Cruz. En el balcón de la Basílica de San Pedro y rodeado de todos los purpurados ha impartido la tradicional bendición “Urbi et Orbe” y ha pronunciado su primer discurso como Papa en el que se ha declarado “un trabajador de la viña del Señor” y ha apelado a la oración de todos los fieles, tras hacer referencia explícita a su antecesor, Juan Pablo II.
Benedicto XVI cenará el martes por la noche con los cardenales y el miércoles, a las 9.00 horas, oficiará junto a ellos una misa en San Pedro.
La misa de coronación con la que se iniciará su Pontificado será el domingo 24 de abril, a las 10.00 horas.
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