Japón, uno de los países más conservadores en cuanto a etiqueta utilizada para acudir al trabajo, ha dado un giro que nadie podía imaginar: los miembros del Gobierno nipón se presentaron ayer en sus despachos sin corbata, ni chaqueta, ofreciendo una imagen realmente revolucionaria para este país. La causa: el ahorro de energía para cumplir el protocolo de Kioto.
Este cambio es sorprendente por que Japón es una sociedad muy conservadora, en la que llevar un traje oscuro y corbata para trabajar es un uniforme imprescindible. Lo que se pretende es que todos los funcionarios públicos de Japón vistan sin chaqueta y corbata, y también, se pudiera ser, los ejecutivos de las empresas privadas. De este modo lo que pretende es reducir el uso del aire acondicionado en las oficinas de manera que se limiten las emisones contaminantes.
El primero en dar ejemplo fue el jefe del Ejecutivo, Junichiro Koizumi, quien apareció vestido con un pantalón blanco y una amplia camisa azul de manga larga, con los faldones por fuera y comentó que es muy cómodo vestir sin corbata.
Esta nueva "moda" se llama la campaña Kuuru-bizu, expresión adaptada al japonés a partir de la contracción de las palabras inglesas Cool (desenfadado, a la moda) y Business man (hombre de negocios). Se espera que estos cambios en la indumentaria, formulados como una recomendación, se extiendan hasta el 30 de septiembre a todos los funcionarios, salvo en los actos oficiales.
Sin embargo, no todos los políticos opinan del mismo modo y la mayoría considera que se corre el riesgo de perder seriedad, además de sugerir algunos conflictos de protocolo. El líder de la principal formación opositora, el Partido Demócrata, Katsuya Okada, afirmó luciendo un impecable traje con corbata ante un grupo de periodistas que estas medidas no son suficientes para combatir el cambio climático. Además los diputados se pueden vestir más ligeros en el Parlamento, pero no pueden prescindir de la corbata si van a reuniones fuera del edificio ni durante las transmisiones en directo de las televisiones.
Para los problemas que al parecer tienen algunos funcionarios para pasar del traje a ropa más informal, la ministra de Medio Ambiente, Yuriko Koike, se mostró dispuesta a preparar un desfile de moda con diferentes alternativas.
Una cosa curiosa es que esta medida ha sido acogida con gran satisfacción por las mujeres puesto que ante las bajas temperaturas por el uso excesivo del aire acondicionado se veían obligadas a resguardarse con chaquetas de lana, y chales sobre las pantorrillas.
No obstante este intento de vestir informalmente ya fracasó en anteriores ocasiones, las cuales no estuvieron motividas por el protocolo de Kioto, sino por la crisis mundial del petróleo.
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