Enrique Dans expone su opinión sobre las tarjetas de visita y las nuevas soluciones tecnológicas del tema en "Un apretón de manos".
Lo reproduzco completo a continuación:
"Veo en Smart Mobs un proyecto del MIT que interpreto como los primeros pasos de un dispositivo, del que había oído hablar hace mucho tiempo a algún amigo, que permite intercambiar una tarjeta de visita electrónica mediante un simple apretón de manos. Se llama iBand y, como digo, no me parece interesante por el dispositivo en sí, que se me antoja aparatosísimo, cantoso e incómodo, sino por la idea que tiene detrás. Tampoco me resulta interesante la tecnología que utiliza, infrarrojos, creo que habría opciones mucho mejores. Pero la idea de intercambiar información personal (todo lo que contiene una tarjeta de visita más, tal vez, una pequeña foto para ayudar a que se acuerden de quien eras tras una reunión en la que conoces a un montón de gente) mediante un dispositivo de transmisión sí me parece muy interesante, y de hecho intenté utilizarla en innumerables ocasiones en mi época PDA, hasta que vi que un escaso 5% de la gente que llevaba una en el bolsillo la sabía utilizar.
Las tarjetas de visita son un objeto que me parece tan anacrónico y molesto como las llaves. No me molesta que alguien me dé su tarjeta, por supuesto, pero una vez que me la ha dado, "me invaden", pueblan mi mesa, mis bolsillos, mi cartera... No suelo tirarlas - me da cosa - y sólo en algunas ocasiones, cuando he tenido que pasar por la desagradable experiencia de tratar de encontrar alguna en el maremágnum de montones de tarjetas desordenadas que tengo, la paso a formato electrónico, momento en el cual el contacto "alcanza la inmortalidad" :-)
Tampoco estoy seguro de la bondad de una tecnología de ese tipo: he tenido fases en las que intentaba, incansablemente, dar de alta en el ordenador todas las tarjetas que me iban entregando, y eso origina una enorme base de datos llena de contactos que no vuelves a utilizar en tu vida y se desactualizan a toda velocidad. Posiblemente, la solución estaría en intercambiar un conjunto mínimo de datos y almacenarlos en una base de datos online con vínculos a la información actualizada mantenida por cada uno, algo parecido a lo que ofrece Plaxo. La verdad es que Plaxo, que tiene una difusión razonablemente buena en el mundo profesional español, desarrolla esa función bastante bien, y hace mucho más cómodo el intercambio de información de contacto.
O, puestos a tener una tarjeta de visita electrónica... ¿por qué no un intercambio de vínculos a páginas personales? O la dirección del servidor web de tu teléfono móvil, o la mismísima Google, que es lo que uso yo cuando me quedo sin tarjetas... Lo que veo claro es que la tarjeta de visita en formato "árbol muerto" empieza posiblemente a tener sus días contados..."
Las tarjetas de visita tuvieron un uso muy diferente al actual. En su origen se empleaban para dejar constancia de las visitas a los domicilios. A día de hoy su uso es prácticamente exclusivo del ámbito profesional y comercial.
No obstante por curiosidad es interesante conocer el significado de las dobleces en el papel de las tarjetas.
En los comentarios al post de Dans más gente apunta soluciones para las nuevas tarjetas de visita, pero todavía no se ha encontrado el elemento perfecto para su sustitución. Lo que sí queda claro es que, nos guste el formato papel o busquemos un nuevo formato, las personas seguimos necesitando algo para presentarnos y además dejar constancia de una relación, aunque sea un simple intercambio de nombres y teléfonos.
Y no olvidemos que en culturas como la asiática aún es muy importante a la hora de negociar presentar tarjetas de visita.
lunes, junio 19, 2006
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