Esta ceremonia se inicia tras la salida del monarca de Buckingham Palace, acompañada en este caso por su esposo el Duque de Edimburgo, en una impresionante carroza tirada por caballos. El destino es ir a la Cámara del Parlamento, en Westmister. (State Opening of Parliament)
Al llegar al parlamento entrando por la puerta de la Torre Victoria. Desde allí se la escolta hasta la Robing Room, donde se coloca una capa de armiño y terciopelo granate y se cambia la corona real por una impresionate corona imperial.
Después Su Majestad la Reina, escoltada en todo momento, se dirige a la Cámara de los Lores que cuenta con mil escaños tapizados en color rojo. Allí dentro sube al trono que tiene permanentemente reservado. (Ningún monarca entra en la cámara de los comunes desde 1642).
A continuación se envía a un emisario a la Cámara de los Comunes para avisar a los comunes que deben comparecer ante la Reina. La apertura del Parlamento es una de las solemnes ocasiones en que ambas cámaras, la de los Lores (representantes con títulos vitalicios y heredados) y la de los Comunes (elegidos por votación directa) se reúnen.
Así la Reina puede leer su discurso que incluye todos los objetivos marcados por el gobierno británico, que es el que redacta el escrito. En esta ocasión la Reina detalló un total de 45 proyectos de ley marcados por el gobierno de Tony Blair.
La Reina lee sentada, los Lores escuchan el programa legislativo de los siguientes 18 meses, sentados, vestidos de gala y luciendo capas de armiño; y mientras los Comunes (entre ellos, Blair) están de pie y ataviados con traje de calle.
Finalmente la Reina declara abierta oficialmente la nueva legislatura y se marcha del Parlamento, volviendo en carroza a Palacio junto a su esposo, el cuál no participa activamente en ninguna acción ya que es un consorte (un mero acompañante al que se le sitúa en un asiento al lado de los lores).
En el parlamento cada cámara debe discutir a cerca del discurso.
-La etiqueta:
El monarca ha de vestir siempre con traje blanco, llevar la corona Imperial, el collar de la orden de la Jarretera y su capa de armiño y terciopelo rojo.
Los lores han de vestir de gala, con peluca y con capas de armiño y terciopelo rojo.
Los comunes han de vestir con traje y corbata simplemente.
De este modo, Gran Bretaña muestra claramente las diferencias sociales y los privilegios que se prodigan en dicha nación, heredados de su Imperio.
-La corona Imperial:
La Reina porta siempre esta corona en este acto ya que es uno de los grandes actos de Estado. Para ello se traslada sobre un cojín de terciopelo desde la Torre de Londres hasta el Parlamento ya que es considerada una de las grandes joyas de la monarquía británica.
Fue realizada en 1838 para la coronación de la Reina Victoria. En el centro de la cruz “pateé” de la parte frontal porta un rubí que, según dice la tradición, fue regalado por Pedro I el Cruel, Rey de Castilla, al Príncipe Negro. En el centro de la cruz de diamantes aparece el zafiro de San Eduardo, todo ello sobre una esfera del mundo, también de brillantes (la historia de este zafiro se remonta a antes del siglo XII). El listado de joyas que configuran esta impresionante corona no acaba aquí. Bajo el rubí hay un diamante conocido como “segunda estrella de África”, una piedra cuadrada de más de 300 quilates. Finalmente, alternando con las cruces, hay unas flores de lis engarzadas con esmeraldas y rubíes. La corona es, es sí misma, todo un símbolo de poder y riqueza. Pesa 1 kilo.
Casa Real británica
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